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El Vaticano encubre el abuso sexual infantil



El documento secreto del Vaticano, Crimine Solicitacionis, de Juan XXIII, es ilustrativo sobre el papel paradójico que los líderes de la Iglesia han jugado en el ocultamiento de la pederastia clerical.

Algunos expertos aseguran que otros documentos mucho más antiguos hablan sobre el tema, pero el citao fue evidenciado por varios diarios importantes como The Centinel, The New York Times y por CNN, y por otros en el mundo entero; además se tiene acceso a él incluso por Internet.

El Vaticano tuvo que reconocer públicamente que se trata de un documento auténtico. En 1962 (otros lo datan en 1964), bajo el papado de Juan XXIII, el papa bueno, se emitió un texto secreto con instrucciones sobre cómo actuar en los casos de pederastia. Se pedía a los clérigos máxima discreción y se pretendía obligar a las víctimas al silencio.

Según ese documento de 69 páginas, escrito en Latín y con el sello papal, se amenazaba con la excomunión a los que no respetasen las reglas. Está dirigido a los obispos del mundo.

El documento se centra en el abuso sexual derivado de la relación confesional entre un clérigo y un penitente, pero también se refiere a lo que califica como "el peor de los delitos", concepto que comprende "cualquier acto externo obsceno, gravemente pecaminoso, perpetrado de cualquier manera por un clérigo, o que este ha intentado cometer, con una persona de su propio sexo" (numeral 71), o "con jóvenes de cualquier sexo o con bestias brutas".

También se exhorta, explícitamente, a la propia víctima a hacer un "juramento de guardar secreto" bajo "amenaza de excomunión".

Un noticieron de CNN logró, en agosto de 2003, que representantes de la Conferencia de Obispos de Estado Unidos confirman su autenticidad. No obstante, un portavoz de los opispos, Francias Maniscalco, dijo que el documento había sido sacado de contexto:


"Este documento estaba muy relegado y realmente no fue una fuerza efectiva en la mayoría de los casos en los últimos 20 años."


Su ratificación ratifica la doble moral de altos jerarcas de la Iglesia Católica respecto a la pederastia y la pedofilia.

Varias películas nos ayudan a entender ese fenómeno como un asunto de abuso de poder: La buena educación, de Pedro Almodóvar; Los niños de San Vicente, de John N. Smith, y Líbranos del mal, de Amy Berg.

Actualmente se ha documentado con precisión la existencia de granjas de retiro o recuperación, donde se esconde a sacerdotes pedófilos para darles "tratamiento psicológico" durante unos meses y luego trasladarlos a otras iglesias, cuyas comunidades desconozcan las tendencias pederastas del religioso en cuestión. Algunas de estas granjas exiten en Italia y América desde el siglo XVII.

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